En varios mercados de la ciudad, decenas de personas trabajan como “chalanes” cargando mercancía y ayudando en los locales de fruterías y verdulerías, principalmente, para quienes no hay vacaciones ni fines de semana libres.
Luis Enrique, de 23 años, trabaja como ayudante en el mercado Escobedo desde hace cinco años. Comienza su jornada a las 7:00 de la mañana y termina después de las 5:00 de la tarde.
Por este tipo de trabajo suele cobrar cerca de 250 pesos diarios. Su descanso es de un día entre semana, generalmente el lunes, cuando la actividad baja en el mercado.
“Ese día es el único donde no vengo. Vacaciones no tengo, yo gano por día acá y no puedo perder ganar dinero. Ocupo”, señaló.
Iván, quien trabaja en el mercado Los Sauces desde hace 10 años, haciendo labores de carga, limpieza o reacomodo de frutas, tampoco gozan de vacaciones. Afirma que tener que trabajar sino pierde ingresos.
“Aquí tengo 2 años. Es muy pesado estar cargando, la verdad, pero de aquí sale. Tengo familia ya y de acá saco para eso. No gozo de vacaciones porque si no no sale”, añadió.
La falta de vacaciones es una constante. Algunos llevan años sin salir de la ciudad. “Nunca he salido de vacaciones. Ni cuando no hay trabajo, porque si no trabajo, no como”.
El trabajo de los chalanes es esencial para el funcionamiento diario. Aunque su labor no siempre es visible, son quienes descargan mercancía desde temprano, limpian pasillos, acomodan cajas o trasladan pedidos.
Lo hacen sin horarios fijos, sin días festivos y sin posibilidades de tomar vacaciones.
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