Sin contratiempos y sin obstáculos, la Empresa de Transporte Aerocargo del Sur (Emtrasur), propietaria del avión venezolano retenido en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza en Buenos Aires, Argentina, aterrizó y despegó la aeronave en suelo mexicano sin que tenga permisos para operar como una aerolínea.
Al 14 de junio de 2022, la aerolínea filial de Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa) no cuenta con una autorización de la Secretaría de Comunicaciones, Infraestructura y Transportes (SICT) para ofrecer servicios de carga desde algún aeropuerto de la República Mexicana.
La línea aérea ligada al gobierno de Venezuela, encabezado por Nicolás Maduro, carece de los permisos de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), un organismo encargado de administrar, coordinar, vigilar, operar y controlar la prestación de los servicios de transporte aéreo nacional e internacional, aeroportuarios, complementarios y comerciales en México.
La aerolínea de carga se encuentra adscrita al Ministerio de Transporte y es filial del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa).
La retención del avión en Argentina
“La retención en nuestro país del referido avión, estrechamente vinculado a la compañía iraní Mahan Air, sancionada por los Estados Unidos por sus vínculos con actividades terroristas, constituye un hecho que debe ser esclarecido con urgencia por las autoridades nacionales”, comenta Wolff, quien escribió el libro Asesinaron al fiscal Nisman.
El exvicepresidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentina (DAIA) recuerda que el avión de extitularidad de la compañía iraní Mahan Air, que opera desde enero para Emtrasur Cargo fue en realidad usado durante los últimos 15 años por la compañía iraní.
Las otras aerolíneas venezolanas en México
“Los actos de comercio que —Conviasa— realizará en México de manera habitual explotación del servicio público de transporte aéreo internacional comercial, regular y no regular de pasajeros, correo, carga y operaciones comerciales turísticas”, explica el registro de la empresa venezolana ante el Registro Público de Comercio de la Ciudad de México.
Campillo Labrandero tiene “facultades para establecer una sucursal de Conviasa en los Estados Unidos Mexicanos, cuyo objeto será concordante con el objeto de la sociedad principal, siendo este la explotación del servicio público de transporte aéreo nacional e internacional, comercial, regular y no regular de pasajeros, correo, carga y operaciones comerciales turísticas; en esa medida, llevar a cabo cualquier procedimiento que implique la constitución de la sucursal y presentar las solicitudes que se puedan requerir bajo la Ley Mexicana para el establecimiento de Conviasa”.
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